¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

¡No!, quizás esta es la primera vez que la decepción te hace reparar en ello. Ya que el dolor de momentos te hace mirar hacia el firmamento. Donde palpitando se muestran, como tales estrellas que eclipsadas caen en picada, debido a rotas promesas. En su precipitada caída, la ausencia de latidos les provoca un súbito paro sentimental, mientras moribundos se entregan a los brazos del viento, que debido a ese trágico momento llora con total desconsuelo.

 

Pero ese no es el fin de su universo emocional. Es solo el fin de un sentimiento que se hacía llamar verdadero.

 

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

¡Claro que no, ya que cuando somos  felices por egoísmo ignoramos toda señal del cielo. Y ahora, con tristeza le observas cuestionándote, en que momento tu corazón se precipitará al vació, dejando en completo desasosiego a un herido pecho.

 

¡No!, no es para que dar pena ni siquiera para que mueras de tristeza. Tu corazón en todo momento ha sido valiente, pero al igual que otros tantos a su sentimiento una vez más lo ha exiliado, debido a que tu arbitrario pensamiento insiste en hacerle codependiente de un insignificante ego.

 

Ante las burlas del desamor purgas totalmente a tu mente para que no quede malintencionado sentimiento que pueda dañar a oportunidades inocente.

 

Lo sé, cuando  la decepción te abraza, a través de ella observas como tus suspiros son devorados por lo incierto,  pero ya  tus lágrimas son disipadas por este viento, que tierno depura tu moribundo aliento.

 

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

¡No!, ni siquiera reparabas en  ello y ahora pretendes purificar con su constante llanto la herida de tus intentos pasados.

 

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

De tantos que se precipitan, el tuyo aún no se muestra ante tu vista. Pero debido a su estima no permitirás que hoy ni mañana impacte sobre el precipicio de dolorosas traiciones qué soberbias describan el burdo epitafio de tu vida.

 

¡Lo sé y lo sabes!...

Que jamás podremos sobrevivir sin ese preciado sentimiento, aunque infinidad de decepciones le traspasen. Se requiere de nuestro consentimiento para permitir que una y otra vez lo maltraten.

 

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

No, ahora observas que tan bizarros se muestran ante su critico momento. En el cual, caen mostrando diferentes rostro, diferentes formas, pero comparten un mismo sentido. ellos caen con la diversidad de un sentimiento que en un momento los hará coincidir dentro de un emocional universo.

¿Acaso habías visto caer corazones del cielo?...

Ahora, los ves caer en este preciso momento. Y ante tal  lluvia de corazones; decides darte la oportunidad de salvar a alguno de ellos que incondicional decida aferrarse al hueco que en carne viva muestra. La retribución a tal hecho es  un verdadero sentimiento que disipe de tajo a esta indiferencia con la que tu maliciosa mente aun te sigue adulando!

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“Del corazón a la Luna”